martes, 27 de abril de 2010

03

Lentamente y sin dudarlo
el austero carmín que bañaba tus labios,
como dos amapolas carmesíes,
se fue marchitando y mudando el color.

Desflorándose en púrpura viva
instigado por rubios besos a escondidas,
a deshora y mal dados,
alteró su materia en áureos pigmentos.

Así, esas, ahora, amarillas amapolas
que amaban misteriosamente a la muerte,
amamantaron el amargo
amanecer de un nuevo día.

jueves, 22 de abril de 2010

02

Sonidos sordos, cortados, espesos.
Azules hojitas de ciprés muerto
bajo un sol que apenas se ve por
la sombra centinela de las nubes,
se tambalean entre el bien y el mal.

Recojo uno a uno, con cuidado,
livianos pedazos de ti, y los lanzo
de nuevo al suelo y salto encima,
pisoteándolos y pateándolos
como hice siempre.

miércoles, 21 de abril de 2010

01

Hoy se fue, coral latente de esperanza
y llegaste tú, soledad inmersa
en dos copas de vino apalabradas,
soñolienta muchacha de oscuros
cabellos que derraman
sobre su cara y su mirada
altas horas desgarradas.

Giros turbulentos, llantos aromáticos
en la incertidumbre exacta de tus besos,
de tu risa y de tu cuello,
de tu aire y de tu pelo,
y de tu cuerpo
y de tu brisa
y de tus sueños.

Perdí la voluntad de amarte,
y con mi mano temblorosa apuntándote
hundí mi mundo y el tuyo, que hasta
entonces había sido nuestro,
mío
y tuyo
pero más tuyo
que mío.

Y así, cavando lentamente
la tumba donde enterrar mis miedos,
recordé que estaba
vivo al buscar tu manos, y observé
que éstas,
hasta entonces suaves y cálidas,
se habían convertido en pierda.
Marmóreo y frío reflejo
de ti.

domingo, 18 de abril de 2010

sábado, 17 de abril de 2010

NO QUIERO SER UN POETA

Se peinará un poquito y se pondrá tan guapa
y saldrá musitando sus cosas al alba
y a mí, me hará falta algo más que agua del grifo
pa' quitarme las legañas,
a mí, hecho de nada,
nada mezclada con el humo de los bares,
de nada vale si no cuenta tus lunares,
ay del que intenta conquistar la luna entera
con algún verso de mierda, separarla de mi vera,
mírala toa' sonriente aunque le cante malamente
muy tranquila y muy quieta, porque con ella no,
no quiero ser un poeta,

Se peinará un poquito y se pondrá tan guapa
y yo a pintarme canas de tanto esperarla,
que a mí, la madrugada me lava toda la ropa
sucia del alma que ensuciaré seguramente
a la mañana, a mí, quítame alas, tírame al suelo
quiero estar donde me llaman, que desde el cielo
el corazón no huele a nada,
ay del que intenta conquistar la luna entera
con algún verso de mierda, separarla de mi vera,
mírala toa' sonriente aunque le cante malamente,
muy tranquila y muy quieta, porque con ella no,
no quiero ser un poeta.

No quiero ser un poeta. LA PATERA (1999). Marea

miércoles, 14 de abril de 2010

ENVIDIANDO A LAS MOSCAS

Atrapé una mosca al vuelo y la retuve en mi mano varios segundos. Lentamente abrí un pequeño agujero entre mis dedos para observarla fijamente. Estaba quieta, inmóvil, apenas sin respirar. Por esa minúscula rendija pude observar su miedo o la sensación que pueda experimentar un insecto en un estado parecido.
La odié. La odié tanto por poder volar que cerré fuertemente mi mano, pero no la maté, no quería matarla... sólo quería que supiera lo que siente alguien atrapado en el mundo.

¿Por qué ella era libre y yo no?

No podía comprenderlo, así que agarré una de sus alas con mis dedos y tiré bien fuerte. Después, hice lo propio con la otra. La dejé membrada de sus extremidades más preciadas, las que yo tanto odiaba. Ya no era nada... eramos idénticos.Permanecería el resto de su miserable vida como yo, pegada al suelo.

martes, 13 de abril de 2010

PRIMAVERA DE 1995




No sé por qué razón me vino a la mente una imagen de hace muchos años.
Sonó el timbre para salir al recreo.
Aparté la mesa de mi camino y salí corriendo de ese cubículo rectangular que me apartaba de todo el mundo exterior. Bajé los escalones de dos en dos, de tres en tres... sí... ya estaba fuera.
Miré al cielo buscando algo que me hacía falta y ahí estaba, un sol radiante en lo alto de mi cabeza. Unas pequeñas nubes a lo lejos, pero de esas blancas que conforman una unión especial con el cielo azul celeste. Una bonita mañana de primavera y yo, era libre por media hora. Caminé a paso ligero por todo el patio en busca de algo que hacer. ¿Jugaría al fútbol esa mañana? No... un día tan bueno no podía desperdiciarse de esa manera. ¿Qué tal si jugaba al pilla-pilla con ese grupo a lo lejos? No... no me apetecía malgastar esos treinta minutos detrás de alguien y mucho menos escapando de cualquiera. No... ya tendría tiempo de correr más adelante...
Caminé pensativo un rato más, hasta que vi una canica en el suelo.

-¡Qué suerte! - pensé.

Estaba claro, un hallazgo como ese no podía desperdiciarse. Tenía que probar suerte. Sí, suerte. Esa fue la palabra clave ese día. Me dirigí al fondo del campo de fútbol, donde se concentraban todos los chavales jugando con esas vidriosas esferas y sí, probé suerte. Sólo tenía una oportunidad de ganar, así que aposté a lo más alto y por casualidades de la vida gané un gran puñado de canicas. Más de las que nunca había podido contar, más de las que nunca había tenido juntas. Todas de colores, todas brillantes. La satisfacción de sentir bajo mi poder a todos esos diminutos mundos redondos no era comparable a ninguna otra victoria anterior.

Sonó el timbre de nuevo, el tiempo se me había agotado y yo estaba ahí presente con todo mi botín. Lo agarré bien fuerte y lo puse sobre mi jersey. Empecé a correr hacia clase. Corrí y corrí, con todas las canicas bien sujetas... mirando de nuevo al sol que ese día, más que nunca, me iluminaba. La dulce brisa me azotaba y me empujaba hacia adelante.

Por ironías de la vida, tropecé y caí al suelo sin poder evitarlo. Todo mi tesoro se derramó por el suelo del patio... todas las canicas se esparcieron a mi alrededor y evidentemente, todos los niños fueron a recogerlas entusiasmados por mi pérdida.
No pude levantarme, me giré de cara al sol, aún tumbado en el duro asfalto y empecé a reír.

Era feliz.

domingo, 11 de abril de 2010

SUEÑO

Hoy he vuelto a soñar que perdía a esa persona que aún no he conocido. Se alejaba lentamente sin dejar que le viera el rostro. Tampoco era imprescindible saber cómo era, no necesitaba saber quién era. Sólo sabía que no volvería a sentir sus caricias, sus miradas ni su olor...
...su dulce aroma a primavera, a las primeras gotas del rocío de una mañana cualquiera, cuando el sol, aún perezoso por rasgar el día, lanza unos tímidos rayos de vida...

Su olor... quién pudiera retenerlo y guardarlo en un frasquito azul celeste y abrirlo lentamente cuando su añoranza me azotase... y sentirla cerca... cerca... más cerca...

No la conocí y ya la echo de menos.

sábado, 10 de abril de 2010

BUM!

Me estalla la cabeza. Preveo una noche fantástica de jaqueca en jaqueca... No sé si será de pensar tanto o de intentar no pensar en nada.

domingo, 4 de abril de 2010

MUERTO HACE UN INSTANTE

¿Cuánto hace que he muerto...?
¿Tres, cuatro horas...?
Parece una eternidad.

Ya no recuerdo qué sentía al tocar una mano, oír una voz o comer un buen plato de sopa. ¿O era comer una mano, tocar una voz y oír un buen plato de sopa...?
No sé, no lo recuerdo.
No quiero recordarlo.
Prefiero seguir aquí tumbado.

Qué cómodo es este lugar, más cómodo que mi antigua cama, si mal no recuerdo.
¿Para qué tantas molestias para un simple muerto?
Estoy muerto, eso es todo, no necesito un impecable traje.

A todas estas... qué corbata más fea. Odio los colores pálidos, hacen que mis ojos pierdan su encantador brillo.
¿Mis ojos...?
No puedo abrirlos. Y mucho menos puedo verme reflejado en esta oscuridad perenne... y eso me cabrea, me cabrea mucho y hace que mi voz suene más grave de lo normal.

Espera...
¿Mi voz...? Se ha cortado. Sí... una prueba más de que estoy muerto.

Dormiré un rato... no sé, eternamente.