¡TRATA DE ARRANCARLO, POR DIOS!

-Bruuum, brrrrrrruuum, bruuuuuum.
Así solía sonar mi coche antes de que ayer intentara arrancarlo y sólo hiciera tac, tac, tac.

He dejado que pase la fría noche parisina para esta mañana intentarlo de nuevo, y el resultado: tac, tac, tac. Que no arranca, vamos. Me siento como Carlos Sainz aquel fatídico día de 1998. Después de varios intentos me doy cuenta de que la luz del piloto que marca la batería está en rojo. Gracias a mi cultura general deduzco que el color rojo significa que algo está fallando, que algo no funciona como es debido. Así que, evidentemente, lo primero que he hecho ha sido lo que toda persona, mínimamente inteligente, haría en mi caso, contactar con un especialista, el señor Google.
He pensado que haciendo una búsqueda detallada y exhaustiva sería capaz de solucionar el problema yo mismo y así ahorrarme una pasta, así que he hecho la búsqueda más concreta que he podido:

-Mi coche no arranca.

Mi: posesivo que implica la marcha, el modelo, el año de fabricación y derivados.
Choche: sujeto que designa al objeto en cuestión (para ser más concretos).
Arranca: el verbo de acción referido al objeto.
No: partícula negativa que deja bastante claro que la acción del verbo no se cumple.

La búsqueda me ha dado muchísimos resultados, cosa que era de esperar, teniendo en cuenta que los sudakas de Yahoo! Aswers han sido mucho más rápidos que yo y, claramente, ya habían preguntado por ello. La cuestión es que después de estar varias horas buscando una solución útil sin tener que ser ingeniero mecánico con un máster en bombillas y lucecitas de colores fluorescentes he decidido que lo mejor sería llevarlo al mecánico. El taller mecánico en cuestión está al final de mi calle, a unos 100m. aproximadamente, pero el tío del taller, un tío gordo grasiento que se suena los mocos mientras me habla en un francés muy raro, dice que no tiene forma de traerlo hasta el taller y no le sale de los cojones ayudarme a empujar.

Así que amigos, aquí estoy esperando que alguien me eche una mano, y nunca mejor dicho.

Agur!